La pobreza, los abogados del diablo o el dinosaurio todavía ahí.

Norelys Morales Aguilera

Pareciera que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional con sus alertas aterradoras sobre la tragedia humana del planeta, están haciendo de abogados del diablo.

Intentan preservar al sistema capitalista y es como un eco de la alerta que hizo sonar Hegel: “El amo tiembla aterrorizado ante el esclavo porque sabe que tiene sus días contados”.

Estas instituciones de la columna vertebral del capital a escala planetaria dicen que “los países en desarrollo enfrentan gravísimas consecuencias, ya que la crisis financiera y económica se ha transformado en un desastre humano y de desarrollo.

Se estima que en 2009 otros 55 millones de personas serán arrojadas a la pobreza extrema. Se prevé asimismo que este año el número de personas que padecerán hambre supere los mil millones”.

El mismísimo presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, ha propuesto modernizar el multilateralismo y los mercados. Ha hecho también una afirmación contundente: Recordar, para pensar el futuro.

La pobreza no es asunto de cifras. Es drama humano perceptible en todas partes, en el Norte y en Sur. Tantas personas lanzadas por el capital a estados límites generan inevitablemente ingobernabilidad.

La humanidad en pleno ha puesto demasiadas esperanzas en el presidente de Estados Unidos, pero llama a la reflexión sus incumplimientos o impotencia para ejecutar lo que prometía durante su campaña hacia la Casa Blanca.

Es perturbador el trasfondo del pugilato de Obama con la derecha republicana que le demanda mantener la mano dura en la represión del fantasma terrorista, incluyendo el mantenimiento de la tortura.

Con la guerra antiterrorista, -lo sabemos hoy- Bush buscó reducir las libertades individuales para proteger de las amenazas sociales al sistema de acumulación concentrado, vertical y especulativo del capital que ha generado la actual crisis internacional.
Es muy llamativo y grave que el jefe de la inteligencia nacional estadounidense Dennis Blair afirme que las consecuencias de la recesión reemplazaron al terrorismo como la mayor amenaza para la seguridad del país.

La pobreza generará más violencia y más represión desde los centros de poder del imperialismo internacional, habrá movimientos de población y sufrimiento humano a gran escala, reducción de la actividad económica, menos comercio.

Cualquiera de esos fenómenos aislados lo pueden cacarear los medios de los poderosos y nada sucederá. Pero, su conjunción es una receta altamente explosiva.

No se dice y lo que no se menciona, no existe en el mundo mediático y globalizado, recuerda el periodista Marcelo Coulossi refiriéndose a la lucha de clases.

Nada lo ilustra más que el insuperable hallazgo literario de Augusto Monterroso. “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí.”

(Especial para Cubahora.cu)

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