No se entiende o está demasiado claro

Norelys Morales Aguilera.- En enero pasado, el presidente Barack Obama anunció la flexibilización de los viajes a Cuba para grupos culturales, religiosos y académicos. La ley federal, no obstante, dejó en pie las restricciones de viaje para la mayoría de los estadounidenses.

Los programas USAID dirigidos a Cuba han costado inútilmente $150 millones de dólares desde la década de 1990 en “inversiones” con grupos anti-gubernamentales y en “programas” de inteligencia, según ha comprobado el senador John Kerry, quien preside la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.

Sin embargo, Kerry se ha ocupado del despilfarro de fondos, no de la legalidad o injerencia de los mismos. “No hay evidencia” de que esos programas ayuden al pueblo cubano, ha declarado Kerry, “ni de que hayan conseguido mucho más que provocar al gobierno cubano a arrestar a un contratista del gobierno de EEUU”.

Se refiere a Allan P. Gross, de Potomac, Maryland, arrestado en La Habana en el 2009 tras entregar ilegalmente a “contactos” en la Isla equipos de comunicaciones satelitales de última generación y quien fuera sancionado en la Isla de acuerdo con leyes, que coincidentemente coinciden en Cuba y en Estados Unidos: es ilegal financiar a opositores, en el caso cubano amamantados por Washington.

En una respuesta a Kerry, la administración Obama confiesa que los llamados programas “por la democracia” han sido utilizados para “llamar la atención internacional hacia los activistas” que recluta, financia, orienta y promociona fuera de Cuba, en inobjetable confirmación de quienes son los “opositores y disidentes cubanos”: mercenarios.

El 8 de junio se conoció que dos congresistas federales liberaron 15 millones de dólares destinados a programas para la subversión en Cuba, pero mantuvieron la retención de $2.6 millones a ciertas empresas contratistas del gobierno, según funcionarios en Washington citados por el Miami Herald.

Se espera que el Departamento de Estado y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) distribuyan en los próximos meses los fondos del gobierno norteamericano a los grupos afines a Washington en dinero contante y sonante, y en equipos técnicos.

La “suspensión” de fondos por Kerry ha sido atacada por el senador Bob Menéndez, conocido por sus lazos con la mafia terrorista cubanoamericana, cuyas ONGs “anticastristas” fueron en múltiples oportunidades, receptores de fondos millonarios.

El Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes de EE.UU. acaba de abogar, en un voto a viva voz, por revertir la flexibilización de viajes y remesas a Cuba que ordenó en 2009 el presidente Barack Obama, normativa que aún debe pasar por el pleno del Legislativo.

Pero, este 27 de junio, según la agencia EFE, el Gobierno de EE.UU. autorizó vuelos desde el aeropuerto internacional de Fort Myers, en la costa oeste de Florida, a Cuba, convirtiéndose en la décima segunda terminal aérea del país que recibe autorización para transportar pasajeros a la isla caribeña.
A veces, se tiene la impresión de que no se entiende o que todo está demasiado claro: Cuba tiene la culpa de tanto embrollo legal y corrupto en Estados Unidos porque no se pone de rodillas.

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