Empresas exitosas y países quebrados

Gerardo Fernández Casanova.- En estos últimos días se desarrollaron importantes eventos cuya información ofrece muy interesantes lecturas. La otrora imponente Cumbre de las Américas se convirtió en simple lomita de palabras huecas y oídos sordos; Estados Unidos y Canadá, urgidos de recuperar en el sur del continente las ventas que han perdido por la crisis europea; en tanto que los del sur insurgente reclaman soberanía para tomar sus propias decisiones. La conclusión más importante la dio el canciller venezolano: “Del Consenso de Washington pasamos al Consenso sin Washington”. De alguna manera se va adelgazando el dogal a base de golpes de pueblos cansados de los golpes de estado made in embajada gringa.

En este contexto, el gobierno argentino decreta la intervención administrativa de la empresa Repsol YPF y envía al Senado el proyecto de decreto de expropiación del 51% de su propiedad accionaria. Decisión histórica de recuperación de la soberanía sobre los hidrocarburos, después de 13 años de haber sido entregada al capital español. El argumento es claro: la empresa incumplió sus compromisos de inversión y colocó en serio riesgo la oferta energética local; privilegió la remisión de utilidades a su matriz española y vació las reservas de petróleo y gas argentinas; el país pasó de ser exportador a ser importador neto de petróleo y gas. No es cuestión de ideología sino de sentido común.

El gobierno español, el del inefable Rajoy pero con el respaldo del opositor PSOE, asume la defensa de la empresa de unos particulares como si de la patria ibérica entera se tratara; amenaza con represalias y acude a sus secuaces neoliberales para aplicar sanciones a la Argentina rediviva. Ni tardo ni perezoso, Calderón se sube a la palestra para despotricar contra su par argentina, sin el menor respeto a la dignidad diplomática de México. En la reunión panamericana ya había insistido en su cantaleta de que la única solución a la crisis es comercio y más comercio; libre empresa y más libre empresa, dando como ejemplo el “exitoso desenvolvimiento de México” en tal esquema y advirtiendo el fracaso de las medidas de intervención del estado.

Me tomé el trabajo de soplarme íntegra la conferencia que ofreció Calderón a la reunión paralela de empresarios (espero que mis lectores reconozcan el sacrificio en aras de la objetividad de mi comentario). Para mi sorpresa me percaté de que es un buen orador empresarial y que, además, tiene razón en eso de que la suya es una estrategia ganadora: mostró cómo las empresas que se han instalado en México logran un alto grado de competitividad y éxito en el mercado internacional y particularmente en el de los Estados Unidos, aunque sea sólo como maquilador de bienes intermedios importados. También dejó muy en claro que, en su concepto, eso es lo importante; el bienestar de la población, la justicia y la paz son simples reminiscencias de un pasado utópico que ya nunca deberá volver. México S. A. gana, mientras que el México de los mexicanos pierde. México pierde porque, en aras de esa competitividad, se sacrifican salarios e ingresos fiscales; se afecta el mercado interno por la quiebra de las empresas nacionales que lo abastecen y por el desempleo generado, que ni de lejos se compensa por el generado por las exportaciones, entre otras razones sobradamente conocidas.

Me queda claro: Calderón, Rajoy y sus conclapaches* neoliberales sirven para asegurar el éxito de las empresas, entre más grandes mejor. Cristina, Dilma, Chávez, Evo, Correa, Castro y otros muchos sirven para asegurar el bienestar y el sano desenvolvimiento de sus pueblos, incluidos los empresarios auténticos. Esta misma confrontación se registra en el proceso electoral: Peña y Josefina militan en el mismo partido de Calderón y Rajoy, significan más de lo mismo; AMLO se ubica claramente en el opuesto junto con los progresistas del mundo y de América Latina en particular, sin que necesariamente ello signifique adoptar medidas similares. Mientras los dos primeros se suman al coro de protestas de los nuevos conquistadores, AMLO exige respeto a la no intervención en los asuntos internos de otros países, actitud elemental si se quiere merecer también el respeto de los demás a las decisiones que adoptemos los mexicanos en relación a nuestros asuntos.

* encubrimientos, mexicanismo


1 comentario:

Anónimo dijo...

roberto dante --
Lanús, Argentina –

A pesar de EEUU; a pesar de España; a pesar de la UE; a pesar de los politicólogos “profesionales”…

RESONANCIAS DE ENRIQUE MOSCONI --

(*) En estos días gratificantes para todos los que pensamos que los recursos naturales de América Latina pertenecen a sus pueblos y, no deben der negociables para beneficiar los intereses de capitales que solo buscan GANANCIAS, creo que es valioso compartir el ideario del Gral. Enrique Mosconi.
Son fragmentos de su discurso, de febrero de 1928, en la Universidad de México. Allí podemos apreciar su claridad de comprensión sobre la necesidad de que la nacionalización del petróleo debía ser un objetivo político, irrenunciable, para todos los pueblos Latinoamericanos.
Entre tantas verdades dijo:

"[...] Observamos que en torno del petróleo se han entablado las más tenaces luchas económicas y armadas, y presenciamos a diario, como métodos de posesión, de acaparamiento y de dominio, torrentes de oro destinados a obtener la complacencia, la infidelidad, el soborno y la alta traición de los encargados de custodiarlo.
"[...] Méjico siente en carne propia las consecuencias de esta prolongada tragedia y necesita, para terminarla, poner en juego todo el valor, toda la integridad, todo el carácter y toda la inteligencia de sus hijos.
"En la República Argentina se advierten las primeras manifestaciones de la campaña mundial en torno al petróleo, si bien entre nosotros la situación es distinta a la de Méjico, en razón de ser diferentes los factores que constituyen el problema. Pero el petróleo argentino [...] nos plantea el problema urgente de administrarlo y conservarlo libre de toda tendencia que no sea absolutamente nacionalista, pues para la economía de nuestro país, que por el momento no posee carbón explotable, [...] el petróleo adquiere una importancia capital .
"[...] En este nuevo derrotero, el petróleo tiene una importancia fundamental e irremplazable, y el crecimiento y progreso de la Nación, será tanto más grande cuanto más firme mantenga ésta en sus manos el control de sus yacimientos petrolíferos, es decir, cuanto más sometidos a su fiscalización efectiva estén los grandes sindicatos o trusts que explotan en el país al combustible líquido, pues si esa fiscalización fuera difícil o imposible de efectuar, más conveniente sería para la tranquilidad económica y política del país renunciar a la cooperación del capital extranjero.
"[...] Señores: Con el sentimiento de confraternidad americana que me anima, con el afecto que profeso a este hermoso país, con la admiración que me produce la firmeza de carácter y la ruda lucha que deben sostener sus hombres de gobierno para conducir al pueblo desde los difíciles momentos actuales al grande y brillante porvenir que le corresponde. [...] Entonces, sonarán las dianas de nuestros clarines, porque el progreso, la ventura de Méjico y el respeto a su vigorosa nacionalidad es un deseo del pueblo argentino”.

Hoy la Unión Europea descarga sus amenazas neoliberales sobre la nacionalización de YPF. Mientras Obama se hace “el comprensivo” y deja el trabajo sucio para el Tea Party y la banca oligopólica. Todas son voces que expresan un decadente proyecto capitalista que solo busca obtener beneficios del enfrentamiento del hombre contra el hombre.

Un brindis..., con todos los compas.

(*) Mañana debatiremos los aciertos y desaciertos, párrafo a párrafo, del proyecto de Ley de expropiación del 51% del paquete accionario de Repsol. Por el momento nos merecemos el festejo.

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